jueves

Concurso de relatos "Dar teta es dar vida". Relatos participantes

FELICES



Erase una vez un planeta tan tan tan lejano, que sus habitantes nada tenían que ver con nosotros los humanos, imperfectos y mortales terrícolas. En una de sus exploraciones por el espacio, los perfectícolas (habitantes del planeta Perfecto) dieron con la Tierra y vieron así la posibilidad que tenían de venir orgullosos a nuestro planeta, demostrarnos lo muy muy adelantados que estaban y por supuesto, lo perfectos que eran…

Llegaron un día de frío invierno a un pequeño pueblecito llamado Primal, donde la gente era amable sencilla y humilde, pero segura: la llegada de la nave espacial no conmovió ni aterrorizó a los lugareños, sino que los llenó de alegría e ilusión por conocer algo nuevo. Los perfectícolas quedaron estupefactos al entrar en contacto con aquellas gentes:

Perfectícola: ¡Estáis cubiertos de ropas! ¡Y estáis reunidos en una sala!

Habitante Primal: Claro! ¡Es invierno y es nuestra forma de protegernos del frío!

Perfectícola: ¿Pero es que aún no habéis descubierto una forma de que no haga frío? ¡En nuestro planeta hace ya mucho tiempo que descubrimos la forma de controlar eso! Nos deshicimos del frío, y ahora todos somos más felices…

Habitante Primal: Pero, ¿y qué fue de las especies que sólo vivían en temperaturas muy frías? ¿Y que fue de los espacios destinados a reuniros y juntaros para daros calorcito?

Perfectícola: Hace ya tanto tiempo que conseguimos controlar el frio, que ni yo ni mis padres ni mis abuelos conocimos tales especies ni espacios…. No sabemos si existieron ni qué fue de ellos. Cada perfectícola vive siempre solo en su cuarto ¡Pero ahora somos felices!

Habitante Primal: Perfectícolas, mientras hablamos nuestras gentes están preparando una deliciosa comida a la que estáis invitados en señal de agradecimiento por vuestra visita.

Perfectícloa: ¿¿¿Pero,,, acaso coméis, y encima todos juntos???

Habitante Primal: ¡¡Claro!! ¡Es la forma de protegernos del hambre!

Perfectícola: ¿Pero es que aún no habéis descubierto una alternativa a tener que comer? En nuestro planeta hace ya mucho tiempo que descubrimos la forma de controlar el hambre. Nos deshicimos de los alimentos, cada perfecticola vive siempre solo en su cuarto y ahora todos somos más felices…

Habitante Primal: Pero… ¿y qué fue de los espacios destinados a estar en familia o con amigos, comiendo y disfrutando?

Perfectícola: Hace ya tanto tiempo que conseguimos controlar el hambre, que ni yo ni mis padres ni mis abuelos conocimos tales espacios…. No sabemos si existieron ni qué fue de ellos. ¡Pero ahora somos felices!

Habitante Primal: Perfectícolas, mientras hablamos nuestras gentes están acondicionando una casa para que descanséis, y os relajéis tras vuestro largo viaje, aunque me temo que eso tampoco lo necesitáis…

Perfectícola: Pero qué planeta tan raro el vuestro…. ¡No sabéis nada! ¿Aún debéis descansar y relajaros? ¿Sentiros seguros? ¡Nosotros hace tanto tiempo que controlamos eso que no entendemos vuestra necesidad! ¡¡Tenéis mucho que aprender y poco que enseñar!!

Habitante Primal: ¿Habéis conseguido también que los bebés dejen de llorar?

Perfectícola: ¿Los bebés? La verdad es que no sabemos si lloran, pero hemos conseguido dejar de oírles, y ahora todos somos más felices…

Tras pronunciar éstas palabras se hizo un gran silencio: entonces, un bebe de Primal comenzó a llorar. Su madre, tranquila y serena le habló muy suave al oído, se desabrochó la blusa para poder ofrecerle su pecho, piel con piel… El bebe comenzó a mamar tranquilo y feliz, mientras su mirada no se apartaba de la de mama….

Todos los perfectícolas se acercaron a mirar, pues era la primera vez que oían llorar a un bebe y veían que se calmaba: en su planeta dejaban de ver a los bebes cuando empezaban a llorar y los volvían a ver una vez habían aprendido a dejar de llorar.

Habitante Primal: A éste bebe, su madre le está dando calor, le está dando alimento y le está dando seguridad. ¿Veis cómo se miran? Aquí le llamamos amor.

Entonces, unos cuantos perfectícolas se conmovieron, se miraron entre sí, y decidieron quedarse para poder aprender aquella curiosa forma de dar y recibir amor…

Perfectícola: Yo… ¡no sabía de todo esto! A nosotros siempre nos contaron que lo bueno era que cada perfectícola viviera siempre solo en su cuarto y que así todos éramos más felices…pero jamás habíamos visto a una madre dar pecho a su hijo… jamás habíamos sentido esa magia,,, ¡ahora siento que podemos ser más felices!

Habitante Primal: ¡Tranquilo! Aquí siempre tenéis un hueco…. Quédate, aprende,,, Y DECIDE.

MariZuri

2 comentarios: